La ciudad de Ur fue perdiendo su hegemonía y dio paso a la civilización Kish. En el sur de Sumeria, a mediados del tercer milenio a.C, las dos ciudades más fuertes eran Umma y Lagash. Eannatum, el rey de Lagash, finalmente venció al rey de Umma, lo que puso a Lagash en una posición hegemónica en Sumeria, esto se puede ver en la Estela de los Buitres, realizada en 2450 a.C, expuesta actualmente en el museo del Louvre.
Al norte de Sumeria, hacia el 2340 a.C, Sargón fundó la ciudad de Acad (o Agadé) en las proximidades de Kish, posiblemente al norte. Su localización todavía no ha sido determinada por los arqueólogos y los motivos de la fundación de Agadé no están claros, es probable que Sargón se rebelase contra su señor en Kish y decidiese establecer un nuevo centro de operaciones. Hacia el 2340 a.C, Sargón se lanzó a la conquista de las ciudades sumerias del sur, el primero de los objetivos fue Uruk, ciudad célebre por sus grandes murallas. Sargón no solo conquistó la ciudad, sino que hizo prisionero al rey. Tras esto se lanzó a la conquista del resto de ciudades sumerias. Tomó Ur y Lagash, siendo este el último núcleo de poder sumerio. Entre el 2260 y el 2223 a.C, el imperio alcanzó su máxima extensión territorial, en los límites occidentales incorporó las regiones de Alepo (en la actual Siria) y el entorno de Trípoli, en los orientales conquistó Susa y en el norte se expandió por Anatolia. Sargón unió a todos los pueblos semitas acadios y sumerios de Mesopotamia bajo el imperio acadio, que duró desde el 2334 a.C hasta 2154 a.C. A partir de esa región se formó un poderoso reino que se convirtió en un imperio, Asiria. Desde Lagash (último bastión sumerio) hasta Assur (nuevo centro de poder) hay 333 millas y desde Assur hasta Baalbek hay 666.000 metros. En Asiria se practicaba una religión politeísta, pero dominada por la deidad tutelar del reino, el dios Assur (que dio nombre a la región, a la tribu y a la ciudad) cuya cónyuge era Ishtar. Ishtar es la misma diosa Inanna tratada en el apartado dedicado a Sumeria. El templo más importante de Ishtar estaba en Assur y el segundo en importancia estaba en la ciudad de origen asirio Erbil; desde el centro de Erbil hasta Assur hay 66 millas. Además, Erbil se encuentra a 330 millas náuticas del zigurat de Ur. El rey iba anualmente al templo de Assur para celebrar solemnemente su fiesta. Se celebraba a principios del nuevo año y simbolizaba el renacimiento perpetuo de la creación del orden (celestial y mundial) establecido por los dioses desde la creación. Este rito solemne consagraba las normas sociales y morales y las relaciones especiales que unían el rey asirio y su nación con el dios nacional.
Asiria tuvo tres capitales más a lo largo de su historia, la ciudad de Nimrud lo fue desde el siglo IX a.C hasta el año 710 a.C, en que Sargón II, trasladó la capital a Dur Sharrukin, y sus sucesores a Nínive, que ya existía desde, al menos, el siglo XVIII a.C. Desde Nimrud hasta el palacio de Senaquerib, en la antigua Nínive, hay 33 kilómetros. La siguiente capital de Asiria, Dur Sharrukin, cuyo significado es "la fortaleza de Sargón", se encuentra a 333 millas náuticas del centro de Uruk. Por lo tanto ya tenemos tres capitales de tres civilizaciones o imperios (Kish, Anshan y Dur Sharrukin) conectadas a Uruk, la ancestral capital sumeria.
En 1849, el arqueólogo Austen Henry Layard hizo uno de los mayores descubrimientos de la arqueología a nivel mundial: excavando bajo las recientemente descubiertas ruinas de Nínive encontró los restos de la biblioteca del rey Asurbanipal, uno de los últimos reyes asirios que gobernó el Imperio antes de su caída. Una de las obras más famosas de la biblioteca es el Poema de Gilgamesh, considerada como la obra narrativa más antigua de la humanidad. Nínive (en la actual Mosul) se encuentra a 666 kilómetros de Eridu, origen de Sumeria, donde Marduk había creado el mundo.
A raíz de la gran crisis que sufrieron las florecientes culturas urbanas del Bronce Antiguo en el área irania en torno al 1800 a.C, y que afectó también a Asia Central y el valle del Indo, oleadas de pueblos iranios emigraron hacia el este. Algunos se asentaron en Bactria, cuya capital es Balj, sobre la que hablaremos más adelante por su importancia en el Zoroastrismo y en el periodo védico indio. Este lugar se encuentra a 1.330 kilómetros de la cima del monte Damavand, visto en un apartado anterior, por lo que ya son dos, las ciudades conectadas al punto extremo de mayor altitud de Irán. Aún surgirán más.
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